El despertador estaba programado
que sonase a las 5:45h de la mañana, sin embargo a las 5:15h ya estaba
despierto, los típicos nervios previos y esas ganas de estar en carrera hacen
que la noche de antes sea complicado dormir más de 5 horas.
Llego con tiempo a Esplugues. Me encuentro con Rubén y Antonio, y dando un paseo nos dirigimos a la salida comentado impresiones. La mañana es bastante calurosa, todo lo contrario que en la
edición del año pasado, y ya a las 6:30h se ir en manga corta sin problemas. El
día está tapado, hay mucha sensación de humedad pero según los pronósticos no ha vamos a tener riesgo de
lluvia.
Acabados los preparativos previos
y el control de material, la salida se realiza a las 7:00h con muy buen
ambiente desde el Complex Esportiu Les Moreres de Esplugues de Llob. Ya en el
posicionamiento de salida a Rubén le pierdo de vista, de nuevo parece va a
tener prisa por llegar, y me quedo con David, Gabi y Antonio. Promete ser un
día divertido.
El primer km de carrera es de
subida y por asfalto hasta llegar a la falda
de Collserola, donde unas eses en pavimento de cemento nos introducen en
un sendero vertical el cual se atasca rápidamente. Somos un total de sólo 500
participantes y la aglomeración desaparece en poco tiempo, posiblemente sólo 2
ó 3 minutos perdidos. Este primer tramo hasta el primer avituallamiento en el
Km 8,3 es un sube y baja rápido y constante. A David y Gabi ya les informamos
que fuesen tirando para ir ellos y nosotros más cómodos, así que en la segunda
subida ya me quedé a solas con Antonio, el cual ha decidido ir con bastones el
primer bucle de carrera. Yo sin embargo prefiero ir sin ellos.
Las subidas las ejecutamos andando
a muy buen ritmo, las bajadas y llanos corriendo según sea la dificultad del
piso. El recorrido lo tenemos muy estudiado. ya que previamente hemos hecho varios
entrenos por el recorrido para planificar un tiempo final de carrera. Objetivo: bajar de las 12h en total. Así que el
primer avituallamiento marcamos el tiempo clavado al previsto: 1h13’. Allí se encontraban
David y Gabi abasteciéndose de agua y comiendo, así que después de un breve
descanso salimos de nuevo los cuatro.
La bajada larga de Sta. Creu d’Olorda
la cogemos con muchas ganas y la vamos sorteando muy rápido. Es un descenso
donde se puede adelantar mucha distancia en poco tiempo y con poco desgaste.
Seguidamente, en la primera subida decido con Antonio no trotar, así que Gabi y
David se nos vuelven a escapar de nuevo. Sin embargo, seguimos con el plan
establecido. Poco a poco nos vamos dando cuenta que es un acierto, los corredores que llevamos
cerca, al tener todavía mucha fuerza en las piernas (estamos al inicio de la
prueba), aprovechan para correr las subidas. Evidentemente nos van adelantando en ellas, pero muy poco a poco, ya que nuestro ritmo caminando es muy
rápido, 6km/h aproximadamente, y el desgaste es mucho menor. Así que en las
bajadas y llanos al no tener que recuperar por el desgaste, los vamos
adelantando de nuevo y lo más importante, guardando fuerzas.
Poco a poco empezamos a ser
conscientes que este segundo tramo vamos bastante más rápido de lo planeado. Así que
poco después del inicio a la Salut nos encontramos el segundo avituallamiento
con una barbaridad de adelanto: 29 minutos! Previsto 3h04’ y llegamos con 2h35’, así que
aprovechamos para comer y beber bien e invertir 5 minutos en descansar. Es muy
suculento llevar adelanto, pero cuando es demasiado ha de saltar la voz de
alarma en carreras largas, ya que lo que hayas quemado demás es muy posible
echarlo en falta al final de carrera. Sobre todo cuando se conoce el recorrido
tan bien como a uno mismo.
El cielo seguía tapado y la
sensación de humedad era exagerada, sin embargo seguía sin haber indicios de que se pudiera
poner a llover. El día es perfecto, excepto esa sensación de humedad que te obliga a ir sudando mucho constantemente.
No hay que obligarse a beber, la deshidratación es rápida y el cuerpo solicita
constantemente líquido.
El resto de la subida a la Salut
la hacemos rápidamente y entramos de nuevo en un terreno bastante “rompe-piernas”.
Las subidas y bajadas son cortas pero sin descanso. Con este mismo ritmo
de carrera llegamos a Can Busquets, que es el inicio de la subida a
Vallvidriera. De nuevo llevamos buenas sensaciones y algún minuto de adelanto
en el sector. Además, justo una semana antes habíamos realizado el tramo que íbamos a
iniciar, así que de nuevo subida nos empuja hacia la subida.
Es un total de algo más de 30
min. de ascenso a ritmo constante y ligero. Así que a mitad de subida hicimos
una parada para llamar por teléfono e informar a Sonia de
nuestro adelanto en el horario, esta vez es ella la encargada de llevarnos comida y ánimos a Vallvidriera. Si la
primera parte se realiza por sendero, esta segunda es por pista ancha con zonas
de bastante desnivel, donde nos es más fácil adelantar corredores, los cuales llevan ya caras de más cansancio. Pocos minutos después alcanzamos el punto más alto de la ascensión. Allí
aprovecho para sacar la cámara de vídeo y filmar algún tramo de bajada con
Barcelona a los pies. La bajada es por sendero muy bonito, rápido donde se
puede correr y adelantar distancia de nuevo con cierta facilidad.
Terminada la bajada y llegando al pantano de Collserola
vuelvo a filmar otro tramo. Justo después del pantano llegamos ya al avituallamiento, donde justamente comento con Antonio
que David y Gabi no pueden andar muy lejos. En efecto, entramos en el km 37,5
con 4h41’, justo 38 minutos de adelanto, y Gabi y David estaban allí comiendo.
En ese momento entra Sonia con el coche, justo a tiempo para darnos la comida. Grande Sonia. Muchas gracias! Entre
cucharada y cucharada de arroz, aprovecho para que Gabi me pinche un “voltaren”
y evitar dolores de espalda en la segunda parte del recorrido. Me cambio de
camiseta y dejo la gorra que se encuentra totalmente empapada antes de salir.
Unos 20’ después de llegar
iniciamos los cuatro el segundo bucle. Se comienza con una subida de unos 20’
hasta llegar al km 40. Este tramo lo hacemos suave para digerir la comida y habituarnos
a la carrera. Soy consciente que el cuerpo sólo me ha pedido medio sándwich, 5
ó 6 cucharadas de arroz y una naranja, demasiado poco. Del km 40 al 44 es
bajada por sendero, de nuevo rápida donde avanzamos sin problema distancia en
poco tiempo.
Es del km44 al 45 donde mi
carrera cambia. Es una subida de 1km que me hace saber que tantas horas de
humedad y sudar muchísimo me están pasando factura. Ver el Km 45 me alerta que
va a ser una carrera muy larga para mí. Me he bebido el primer bote de los dos
que llevo, aún tengo sed y para el próximo avituallamiento, Can Coll, aún tengo varios kms por delantel.
Del km45 al 47,5 es un terreno ligeramente favorable por el que vamos trotando, ya un ritmo más cansado, hasta llegar casi a los límites urbanos de Sant Cugat. En ese momento la bajada se convierte en subida. Aprovechando
que empezamos a andar por una pista podemos comentar la dificultad añadida de
la deshidratación. Quedan unos 6km para Can Coll, voy sin agua y apurando ya la
reserva. Veo que Gabi, David y Antonio van realmente muy bien e intento iniciar
mi carrera particular de “coco”, administrando las fuerzas que me quedan para no perderles
de vista, ahorrar cualquier tipo de esfuerzo (ya ni siquiera contesto a lo que
me preguntan), olvidarme de la cámara, de los tiempos, de donde estoy e incluso
de mis amigos. Así que es momento de concentrarme, apretar dientes y disfrutar sufriendo.
Este último tramo hasta Can Coll
es de nuevo “rompe-piernas” y se puede correr y trotar perfectamente según la zona del sendero que vas atravesando. Personalmente me
viene bastante mal, prefiero desgastar subiendo que no correr en llano, se me
hace más soportable. Después de unos kms interminables para mi llegamos a Can Coll. Es una zona de recreo que se encuentra abarrotado
de gente haciendo barbacoa. Nuestro avituallamiento allí estaba, es km 53. 7h02’
de carrera. Programado llegar a las 7h49’. 47’ de adelanto. A pesar de ir
bastante mal mis ritmos aún no son malos. En esos momentos ya he desconectado
totalmente de los tiempos y los dejo para analizar a posteriori.
Rápidamente me pongo a beber
mucha agua y a intentar comer algo, pero del sándwich que llevaba de casa a
penas puedo comerme la mitad, no me entra nada. Me fuerzo para beber dos
vasitos de caldo caliente, siempre me sientan genial, y acabar con algún trozo de naranja. Finalmente bebo
bien y relleno los dos botes. No gastamos más de 3 minutos allí, y nada más
salir encontramos una zona de subida donde en un pequeño esfuerzo vomito el
caldo y la naranja: malo! Mi cuerpo no se repone.
De nuevo me encierro en mí mismo,
me pongo en cola y sólo hago caso de los ritmos de Gabi, David o Antonio, el
que en esos momentos se encuentre delante. Voy haciendo la “goma” y
administrando una pérdida de tiempo no mayor a 6 u 8 segundos, es una distancia todavía visual que constantemente
voy midiendo e incluso contando. Antonio que sigue impecable de fuerza, igual que David, a Gabi sin embargo lo conozco menos después de 8 horas de esfuerzo, aunque también hace muy buena cara, es consciente que es posible bajar de 11h y nos va
alentando, al cual no respondo porque el ritmo que llevamos me va torturando poco a poco, y sigo totalmente deshidratado. A partir del km 60 se inicia una subida larga
y no muy dura que afrontamos a ese buen ritmo de carrera que llevamos tan constante.
Ya no tengo fuerza moral para administrar el agua que me resta, voy muy deshidratado y ya algo mareado y bebo todo el agua que llevo con el ansia de intentar volver a tener buenas sensaciones después de mucho tiempo. Sin embargo es algo muy temporal ya que no soy capaz de saciar la sed. Aún es el km66 justo en el momento de dejar un sendero ascendente muy frondoso y salir ala pista de Camí de les Aigües, donde iniciamos de nuevo la carrera hasta el 67. Allí, en el km67 nos encontramos la mujer de Toni y parte del equipo del Ultrajam que se encuentran dando ánimo y cogiendo tiempos en el punto de control. Sin perder nada de tiempo reiniciamos la marcha.
Ya no tengo fuerza moral para administrar el agua que me resta, voy muy deshidratado y ya algo mareado y bebo todo el agua que llevo con el ansia de intentar volver a tener buenas sensaciones después de mucho tiempo. Sin embargo es algo muy temporal ya que no soy capaz de saciar la sed. Aún es el km66 justo en el momento de dejar un sendero ascendente muy frondoso y salir ala pista de Camí de les Aigües, donde iniciamos de nuevo la carrera hasta el 67. Allí, en el km67 nos encontramos la mujer de Toni y parte del equipo del Ultrajam que se encuentran dando ánimo y cogiendo tiempos en el punto de control. Sin perder nada de tiempo reiniciamos la marcha.
Poco después Gabi se percata que realmente no estoy bien, que voy muy deshidratado, cansado y bastante mareado. Me ofrece de comer pero no hago ni el esfuerzo de pensar en comerla. En el km69
aproximadamente encontramos una fuente que me da la vida, intento resetear, aprovecho para obligarme a comer, esta vez sí soy capaz de digerir unas golosinas de David, una barrita de Antonio y
unas nueces de Gabi. Del km 70 al 72 atravieso un momento clave, es de nuevo bajada cómoda que aprovecha mi cuerpo para asimilar lo ingerido y empezar levente a transmitirme mejoría. Por fin después de varias horas voy a poder volver a encontrar buenas
sensaciones, me conozco. Soy consciente de ello y en estos momentos me pongo a sonreír interiormente. Lo necesitaba.
Con 9h58’ de carrera llegamos al
avituallamiento de Vallvidriera de nuevo. El segundo bucle está finalizado por
fin. Antonio se da cuenta que mi cara ha cambiado. Estoy comiendo algún trozo de naranja, algo de frutos secos y alguna golosina. Así que noto como se alegra y aprovecha para animarnos que bajar de 11h está
al alcance. No quiero precipitarme y salir antes de tiempo del avituallamiento, segundo que invierto ahora son muchos segundos que recuperaré corriendo, así que aprovecho para beber bien y ponerme una
manga larga, ya que está oscureciendo y la temperatura va cayendo poco. Nos despedimos de Sonia, a penas la he visto, únicamente me he concentrado en avituallarme y rápidamente decidimos iniciar
el ascenso hasta Vallvidriera pueblo. Cada vez me encuentro mejor y a partir de
ese momento la motivación es total. De nuevo empiezo a mirar el reloj, sacar la
cámara (poco porque vamos rápido) y a apretar de nuevo los dientes, pero esta vez
disfrutando.
En el km 76 alcanzamos la última
subida y a partir de allí, ya con Barcelona iluminada y con poca luz bajamos
todo lo rápido que nos deja un sendero bastante tortuoso en ocasiones, hasta
entrar en las calles de Esplugues. Quedan sólo 2km y hay que correrlos bien, el
terreno es favorable y ponerse a 5min/km es factible. Es momento de disfrutar,
seguimos los cuatro juntos y eso reconforta. A 300m antes de la llegada una
fuerte subida rompe el grupo y justo en línea de meta somos conscientes que aún
entrando al sprint hemos rebasado las 11h por sólo unos segundos.
Ya en meta la alegría es enorme porque el tiempo de carrera son 11h00’30’’ pero el tiempo real es de 10h59’55’’.
Carrerón! Una hora antes de lo planificado. Finalmente muy buena carrera, por el tiempo y por haberla sabido sufrir, por el carrerón de David, Antonio y Gabi, que termina su primer
ultra sin despeinarse y con muchas ganas de participar en el siguiente. En meta nos esperaba Sonia, Daniela, Maru, Gemma y el animal de Rubén, que le había dado tiempo a comer, ducharse, descansar y aburrirse, ya que había quedado 11º de la general y había bajado de 8h.Felicitar a la organización, de nuevo impecable en esta segunda edición. El único "pero" que podría ponerse son los 19km que hay entre el avituallamiento de Can Coll y Vallvidriera. En días de calor o mucha humedad somete al corredor a cierta deshidratación a pesar de llevar más e 1 litro de agua encima. Por lo demás impecable. Aún así se que es debido a las restricciones que obliga el mismo Parque ubicar los avituallamientos sólo en ciertos puntos.Por último, muchas gracias a Sonia por la paciencia de avituallarnos y animarnos todo el día. El año que viene, sin duda, repito!
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