Era inevitable el no sacar la bici ayer para estrenarla. Salida nocturna con Juanito de 32km, primero por el Llobregat hasta la desembocadura en El Prat, y finalmente hicimos la parte más dura de la subida a Sant Ramón para saborear un poco de cuestas.
La sensación después de tanto tiempo sin coger bici son vestiales. Estos trastos han cambiado muchísimo, el juego que te da la horquilla delantera (gracias que he cogido una que puedo bloquearla y controlar la velocidad del retorno de la misma), la frenada de los frenos de disco (sobretodo en asfalto), la diferencia en los desarollos, el peso de la bici, el cambio que parece que lo haya hecho un relojero, y el sillín, maldito sillín, ya veremos como me adapto yo a eso...
De momento he hacerme con: alumbrado, culote, casco y unas zapatillas. Aunque las zapatillas serán lo último, primero voy a intentar controlarla y a hacerme con ella.
Al llegar a casa cerré el entreno con unas series de flexiones y abdominales.
Qué ganas tengo de que llegue el finde y salir con todos estos en bici, Rubén corriendo claro...vaya máquina! Ahí dejo unas fotos de este domingo pasado en su salida por Collserola.
1 comentario:
Te lo dije todo de irá bien excepto esa parte de ti tan preciada por tu novia.
Bienvenido Indurain.
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