miércoles, 29 de abril de 2009

32º RALLY MOTOS CLÁSICAS TERRASSA

El pasado domingo el "Athlètic Terrassa Hockey Club" celebró su 32ª edición del rally de motos históricas y clásicas sport donde se pudieron ver expléndidas motos de los años 20, 30, 40, 50, 60 y 70.

Se presentaron varias motos que me llamaron la atención, como una Ariel de mitad de los años 20; una de las niñas de mis ojos como es la BMW R-12 del año 42, versión de 2 carburadores, que estaba preciosa; una Harley Davidson de II Guerra impecable; la BSA con Sidecar del año 29 del Sr. Barberá, una BMW R-68; una típica pero no menos espectacular BMW R-75 de II Guerra; un par de BSA de los 30; una Nimbus; bueno y muchas más.

También se presentaron las típicas Montesas Impalas, muchas de ellas impecables y las cuales se llevaron un montón de premios que me dejaron atónito, no porque crea que no los merecen sino porque motos de mucho más nivel no fueron reconocidas (como la R12 o la HD de la II Guerra). Así que para mi entender no fue nada justo. Y mira que quien escribe tiene una Impala Comando del 65'...

La cuestión es que Gemmita me regaló la inscripción para participar en el Rally y yo encantado, ya no tanto por la conducción, el recorrido, etc. sino por ver el ambiente y sobre todo por ver rugir las máquinas!
Elegimos llevar la preciosa BMW R-25/0 del 51', que está todavía por rodar desde su restauración, pero que poco a poco hay que poner en marcha. Esta moto me está dando muchos dolores de cabeza, cuando no le duele una rueda le duele el sistema eléctrico, y sino cualquier otra cosa, y temía que el domingo le pasaría algo, así que ya me llevé un par de baterías por si acaso, que también falla en la carga.

Se levantó un día horroroso, pero a primera hora el agua se contenía. Llevamos la moto en la furgo hasta el Club temprano, sobre las 8:00 de la mañana, allí nos posicionamos y elegí salir de los últimos en la prueba cronometrada de regularidad de 35 kms. Ya en marcha, mimando la moto en todo lo que es conducción, me dirigí a Matadepera, crucé el pueblo callejeando, y poco después de salir de él, en una de las rectas la moto dijo que hoy no iba a ser el día que me diese una satisfacción. Empezó a quedarse sin fuerza, la chispa iba descompensaba haciendo una malísima combustión y comenzar a sacar humo. Visto lo cual, decidí parar y blasfemando a los dioses del motor me reprimí en una cuneta hasta que vino Gemmita con la furgo a recogerme.
Lo único que me consuela que a partir de ese momento, ya recogida la moto, empezó a diluviar hasta el final del recorrido, yo creo que la moto se lo olía...

Finalmente aguanté hasta el Ayto. de Terrassa para vivir la entrega de premios, el aperitivo, disfrutar de las máquinas y conversar con los dueños durante un buen rato agradable.
Ya habrá otra ocasión de finalizar un rally, eso sí, ya veremos si me presento con la misma moto...

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