Media: 15,5km/h
6:30h. Después de una buena noche de descanso, es la hora de ponerse en pie así que a cogerlo con ganas y muy animado. Hay que llegar a comer a Santiago como sea!
07:30h. Desayuno en el bar del albergue unas buenas tostadas con zumo, el pan espectacular!
08:30h. Salida. Iniciamos un leve ascenso por asfalto para poco después coger el Camino con incesantes subidas y bajadas, no hay tregua, ni un solo llano. Sucesivamente vamos atravesando aldeas y paisajes con muchísima vegetación, qué lujo! Recogemos 3 ó 4 sellos para ir completando todos los huecos de la Credencial.
11:00h. Llegada a melide, almorzamos unos buenos bocatas acompañados por platanos y chocolate. Rellenamos los bidones y a las 11:30h. nos ponemos en marcha.
Nuevamente el camino se convierte en el constante rompe-piernas, los kms. se hacen lasgos porque ya hay bastantes ganas de llegar.
Poco a poco pasamos por Arzúa, y el entorno y la geografía sigue siendo la misma, atentas bajadas y repechos considerables. Por fín, después del gran castigo a las piernas llega el Monte do Gozo, donde no dudo en mechacarme todo lo que puedo para el último ascenso del Camino, a tope! Me salva que esta última subida se realiza por asfalto y yo lo agradezco de veras.
Arriba, innumerables peregrinos divisan la ciudad de Santiago, contemplan el monumento al Papa Juan Pablo II y disfrutan de la satsfacción de haber finalizado el Camino. Descansamos, sellamos y en marcha. Poco después, estamos atravesando el casco antiguo de Santiago, que está precioso y se encuentra vestido del mercado medieval.
Espectacular entrada a la Plaza del Lobradoiro donde suenan unas gaitas que te hacen poner los pelos de punta. Ya allí, Silvia, Mónica y Gemma nos están esperando. Realizamos las deseadas fotos en la plaza con las bicis y nos dirigimos a recoger el diploma del peregrino enseñando la Credencial. Es la hora de comer y mi estómago ruge como un león, qué comilona!
Espectacular entrada a la Plaza del Lobradoiro donde suenan unas gaitas que te hacen poner los pelos de punta. Ya allí, Silvia, Mónica y Gemma nos están esperando. Realizamos las deseadas fotos en la plaza con las bicis y nos dirigimos a recoger el diploma del peregrino enseñando la Credencial. Es la hora de comer y mi estómago ruge como un león, qué comilona!
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