martes, 30 de julio de 2013

TRAIL VUELTA AL ANETO 2013

El sábado participé, sufrí y finalicé mi primera participación en el Trail Vuelta al Aneto (Conocida antes como "Las dos caras del Aneto".
Participábamos 561 corredores, de los cuales hubo 160 abandonos. 29% Abandonos.
Mi tiempo final: 16h44'05''
Este año cambiaba la organización de la carrera y había expectación por ello. Completaban el fin de semana las siguientes pruebas:
Gran Trail Aneto-Posets: 114km y 6650m D+
Vuelta al Aneto: 63Km y 3600m D+
Maratón de las Tucas: 42Km y 2200m D+
Vuelta al Pico Cerler: 22Km y 1200m D+
ANALISIS DE LA CARRERA:
A las 8:00h en punto de la mañana se dio salida a la prueba desde el centro de Benasque (1130m). Se presentaba un clima fabuloso y un ambiente perfecto para la carrera. Los primeros kms transcurrían por la carretera PR-HU 30 hacia el norte, donde ya pudimos ver los destrozos de las riadas de los últimos días: carretera destrozada, construcciones derruidas o desaparecidas etc... Estos 3 primeros kms por asfalto picaban hacia arriba y a trote llegué al desvío a la derecha para coger la pista de tierra del GR 11 hasta el km 6 donde llegamos a Plan de Senarta (1390m). Allí la pista giraba a la derecha y durante varios kms fuimos subiendo por una pendiente tendida hasta Puen de Corones (1953m), donde la pista desapareció para coger senderos. Las vistas y el entorno eran espectaculares, el ritmo era el que la fila de corredores que llevaba delante iba marcando, no se podía ir más rápido y tampoco lo necesitaba.
La ascensión hasta el Collado de Ballibierna (18,6 km de carrera y 2725m) fue precioso por la climatología y el terreno. La parte final era algo más dura, con alguna zona nevada y rocas pero se podía hacer cómodamente. No llevaba el crono pero juraría que en este punto llevaba 3h30' de carrera.. La bajada hasta el parking de Llauset (22, km de carrera y 2213m) era un poco técnica como no podría ser de otra forma a esa altura, pero con cuidado se podía avanzar terreno. En este punto se encontraba el segundo avituallamiento, donde no había nada de fruta y el agua que nos daban era la que caía directamente de la montaña... eso no era lo acordado! Desde ese punto se subía a Coll d'Angliós (2419m), 200m de ascensión en 1km. Desde este punto se descendía hasta el Río Salenques (28,4 Km de carrera y 1628m), primero por unos prados preciosos donde se podía correr perfectamente (en este momento aproveché para comer mi primer sandwich), y posteriormente por unos senderos con mucha raíz en el terreno, bastante sombríos, con bastante desnivel y preciosos. Al final de la bajada noté que los cuadriceps habían sufrido un buen castigo en la bajada. En este punto llevaba unas 6h de carrera aproximadamente.
El inicio de la subida transcurría por zona arbolada y no muy técnica. Nada más empezar noté que ya no llevaba agua, mala señal. No quería beber del agua que bajaba de la montaña por si pudiera estar contaminada ya que no estábamos a mucha altura (1800m aprox.), pero al verme bastante deshidratado no me quedó más remedio. Después de una primera parte de la subida, el recorrido de aproximación ascendente hasta la parte final, se convirtió en un suplicio de pedreras enormes donde el avanzar se hacía muy lento. En esta zona, noté que el inflamatorio había dejado de hacer efecto, me empezaba a doler la espalda y a marearme ligeramente... así que decidí parar. Estaba bastante "apajarado" y sabía que comerme otro sandwich, llenar los botes del agua del deshielo de la nieve, tomarme otro inflamatorio, abrigarme con el chubasquero me harían recuperarme para afrontar la parte final, la más dura. Llevaba 8h de carrera exactamente.
La parte final al Collado de Salenques se encontraba mucho más nevada de lo informado en el briefing de carrera, la nieve no era primavera como anunciaron, estaba helada, resbalaba muchísimo y sin bastones se antojaba casi imposible de subir. El tiempo había cambiado por momentos, el cielo se cubrió de nubes que viajaban rapidísimo, bajó la temperatura y me encontré ya algún corredor refugiado con la manta térmica entre rocas con síntomas de desfallecimiento, los cuales tenían mal acceso para ser rescatados. En la zona final el aire me desequilibró dos veces provocando sendas caídas, y me metió el miedo en el cuerpo para afrontar los últimos metros por alguna zona aérea, donde la organización equipó de un par de cuerdas en las zonas más peligrosas. Aquí ya las fuerzas fallaban y un pequeño resbalón podría tener lamentables consecuencias. A lo  mencionado se le suma algún desprendimiento de rocas y piedras que podría uno sufrir de algún participante que se encontrase por arriba.
Con una alegría enorme coroné el Collado de Salenques  (2809m) e inicié el descenso sin perder un segundo. Hacía un viento terrible y empezaba a llover, añadido a un descenso muy técnico por zonas heladas de nieve y pedreras enormes mojadas que transitarlas se hacía realmente peligroso. No recuerdo las veces que pude llegar a caerme. Sin querer me clavé el bastón una vez en el cuadriceps derecho y otra en el tobillo... aunque la caída que podía haber sido más peligrosa es una que me golpeé la cabeza con una roca sin llegar a hacerme daño. Por más que tomaba medidas de seguridad en cada pisada y una concentración total, era imposible evitar caídas constantes y el desánimo y frustración cada vez que ocurría.
La lluvia cada vez era más intensa, y en Cabana d'Aiguallut (2037m) debíamos cruzar un río que debido a la lluvia crecía rápidamente y un "responsable" de la organización me indicó por donde cruzarlo... el agua me llegó por la cintura! No sentí peligro, ni siquiera que el agua estaba fría debido al susto, a los nervios que llevaba encima y a la lluvia.
Aún lo peor estaba por llegar. En la subida al Cuello d'Ancllusa (2281m) la tormenta se vino justo encima, los relámpagos caían realmente muy cerca, el estruendo era ensordecedor y la lluvia se convirtió en granizo de tamaño de 1cm de diámetro. Entre tanto desconcierto, perdí las señales del GR, ya que por esta zona no vi tan siquiera una señal de la organización de la prueba. Por lo tanto me encontré totalmente perdido, sólo a casi 2300m, las 19:30h, el cielo negro y mi sensación de susto se convirtió en una sensación de estar desprotegido, desamparado y con un miedo importante. Afortunadamente encontré un corredor resguardado bajo una roca que también estaba perdido y me fui a cobijarme con él. Después de unos 15' apareció un grupo de 5 corredores que se encontraba en las mismas circunstancias, a los cuales nos unimos y concluimos los pocos metros de ascensión que restaban. Arriba nos dividimos para divisar el Refugio de la Renclusa, y después de unos minutos muy desconcertantes de búsqueda un corredor gritó que lo veía abajo a lo lejos. Rápidamente nos reunimos y empezamos a bajar por una zona muy resbaladiza y técnica hasta el Refugio de la Renclusa (2140m). Eran las 20.30h (12h30' de carrera). Aproveché para comer mi último sandwich y cambiarme porque estaba totalmente empapado. Dentro del refugio me di cuenta que la ropa que llevaba en la mochila estaba en las mismas condiciones y no me servia absolutamente para nada. Solicité una toalla o un trapo para secarme un poco y me lo denegaron los voluntarios de la organización.
Sin perder más tiempo salí del refugio, notaba que el parón me había dejado helado, pero afortunadamente el granizo se convirtió en lluvia. Como pude corrí por un sendero no muy técnico ni vertical hasta el último avituallamiento, el de Besurta (44,1km de carrera y 1900m). Allí me dí cuenta que tampoco había la fruta (sandía, melón, etc...) ni las sales que anunciaba la organización. Afortunadamente dejó de llover y pude comerme uno de los últimos plátanos que quedaban y rellenar los botes de agua, que por cierto uno me lo dejé olvidado allí... En este avituallamiento me di cuenta el desespero de familiares y acompañantes de los corredores, ya que los que allí se encontraban estaban nerviosismos y preocupados por los suyos. De nuevo no tenía cobertura y no podía comunicarme con Gemma y Maru para informarle de mi posición. Me enteré allí que los tiempos de paso de los corredores por los controles de paso no los estaban dando en Benasque, así que el desconcierto allí era muy preocupante viendo la tormenta que había en las montañas y el retraso de los corredores en sus pronósticos de tiempo de llegada.
La bajada hasta Llanos del Hospital (1744m) se producía por pista y senderos donde pude correr y bastante rápido. Allí se me hizo de noche, me puse el frontal (por cierto, el Led Lenser H7 es increible), intenté llamar y tampoco tenía cobertura. José Manuel, un corredor experimentado de Zaragoza que llegó justo después que yo, vio mi situación y me ofreció su móvil para llamar, que sin duda utilicé. A partir de este momento hasta llegar a Benasque hice el recorrido con él. De nuevo des de aquí le agradezco el gesto.
Por senderos bajamos a Baños de Benasque (1674m) por lugares poco técnicos, y desde allí hasta la carretera decidimos realizarlo tranquilamente andando rápido sin ninguna prisa. Nos adelantaron bastantes corredores, pero nos daba igual, estábamos bien, un poco magullados, pero ya tranquilos y habiendo alertado a nuestros acompañantes que se encontraban en meta. Ya en la carretera de asfalto nos encontrábamos con alguna ambulancia que bajaba rápido hacia Benasque.
Por fin, y con una alegría enorme llegué a Benasque donde acompañado de nuevo con una ligera lluvia crucé linea de meta en 16h44'05''. No sé si habrá sido la prueba más dura en la que he participado, pero sin ninguna duda ha sido donde más miedo, peligro y vulnerable me he sentido. Intentaré analizar tranquilamente el porqué de estas sensaciones.

No hay comentarios: